domingo, 22 de febrero de 2015

Lutero y la Iglesia - Lutero según Lutero

El cardenal Kasper, en un libro sobre el Papa Francisco ha afirmado (y esto ha sido reproducido en L'Osservatore Romano) el énfasis del Papa en la centralidad de la proclamación del mensaje del Evangelio y la vida de caridad, le sitúan dentro de una «gran tradición» que incuye, de diversas maneras, a San Agustín, San Francisco, Santo Domingo, Santo Tomás de Aquino, Martín Lutero y el Concilio Vaticano II.


Para contribuir a aclarar quién fue Lutero, qué peso y lugar tiene en la historia, y cuáles han sido sus responsabilidades en la Crisis de la Iglesia y de Occidente, ponemos a disposición de ustedes esta Conferencia sobre Martín Lutero dada por el P. Alfredo Sáenz en San Rafael en 2014, click aquí, en youtube aquí. Su duración es de 1 h. 15 minutos, pero verdaderamente vale la pena escucharla.

Lutero según Lutero
Martín Lutero decía de Aristóteles: "Aristóteles es el baluarte impío de los papistas. Es a la teología lo que las tinieblas son a la luz. Su ética es el peor enemigo de la gracia; es un filósofo rancio, un bribón que deberían meter en un chiquero o en la cuadra de los asnos [...], un calumniador sin vergüenza, un comediante, el más artero y astuto corruptor de los espíritus. Si no hubiera existido realmente en carne y hueso, pudiera tenérsele, sin escrúpulo, por el diablo en persona". (A. Sáenz, La Nave y las tempestades, t. 6, p. 160)
Martín Lutero sobre Santo Tomás de Aquino: "nunca ha comprendido nada del Evangelio ni de Aristóteles. [...] Es imposible reformar la Iglesia si antes la teología y la filosofía escolástica no son arrancadas de raíz con el derecho canónico". (A. Sáenz, La Nave y las tempestades, t. 6, p. 160)
Martín Lutero dijo lo siguiente sobre Concilio de Trento, que ratificó la doctrina católica que negaban los protestantes:
“Habría que hacer prisionero al Papa, a los cardenales y a toda esa canalla que lo idolatra y santifica; arrastrarlos por blasfemos y luego arrancarles la lengua de cuajo y colgarlos a todos en fila en la horca… Entonces se les podría permitir que celebraran el concilio o lo que quisieran desde la horca, o en el infierno con los diablos”.
Tomado de "Lutero y la unidad de las Iglesias (Card. Joseph Ratzinger)"

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